SOBRE MÍ


TE VOY A CONTAR ALGO QUE SEGURO TE AYUDA A CONSEGUIR LO QUE QUIERES…

SEA LO QUE SEA…

PERO ANTES DÉJAME CONTARTE ALGO BREVE…

Hubo una época que era invisible. Era el gordo de clase. El chico que le hacían Bulliyng. El que no ligaba. El que quedaba último de la clase en cada deporte que hacía.

El típico gordo pringado. 

A los 16 años entendí que: o espabilaba yo, o nadie lo haría por mí.

El monitor del gimnasio (al que le pagaba) ni me miraba.
Prefería mirar culos y tetas.
Y si podía tocarlos, mejor.
Yo también tenía tetas.
Estaba gordo.

Pero prefería el de las mujeres.
Todo en orden. Eran sus costumbres y hay que respetarlas.

Además, ya estaba acostumbrado a ser invisible.

Supongo que no fui el elegido.

Así.
Solo, sin ayuda y sin nadie que me dijera si lo hacía bien o mal.
Solo con una certeza: o cambiaba yo, o seguiría siendo invisible.

Ahí nació mi obsesión.
Horas y horas de vídeos, de podcasts (a x3 de velocidad), de cursos, de leer artículos…
Muy friki.
Aprendí solo. A no esperar nada de nadie. A construirlo todo desde cero.

Empezó a funcionar.
Muy lento. Pero mi físico empezó a mejorar. 





Y entonces, sin esperarlo, sin apenas haber logrado ningún cambio…
Apareció alguien que sí creyó en mí.
Antes que yo mismo.
Ese era mi hermano.

Imagino que por todas las horas que me veía formándome sobre entrenamiento y nutrición.
Repito. Muy friki.
Yo. No mi hermano.

Mi hermano era un flaco, sin músculo y estaba bastante fofo.
Jugaba a fútbol.
Jugaba en cadete, en la segunda peor categoría de España para su edad.
Ni siquiera iba a verlo jugar.



Me pidió ayuda.

Yo creía que para dejar de ser flaco y bastante fofo.
Nunca comentó nada de querer ser futbolista.

Le pasé una rutina sencilla para mejorar su físico.
Simplemente quería que el tampoco fuera un mierdas como yo.
No invertí ni 20 minutos en hacer su rutina.



Pero un día, en un torneo, le entrevistaron.
Le preguntaron a quién dedicaría si algún día llegaba a ser profesional.
Dijo mi nombre.
Dijo que yo era el que le había ayudado a ser el jugador que era.


Y ahí me rompí.

Me sentí en deuda. Porque no le había dado ni el 1% de lo que él me dio.
Me apoyó cuando nadie lo hizo.
Fue el único que estaba cuando sufría bullying.
El que se quedó a mi lado.


Y ahora, esto…

Cuando yo sentía que no le había dado casi nada.

Ese día tomé una decisión: dejar de entrenar por estética y dedicar mi vida al rendimiento.
Para ayudarle a él.
Para que cumpliera su sueño.
Para devolverle, aunque fuera una parte, todo lo que él me dio a mí.


Entré en Ciencias del Deporte y en Nutrición.
2 carreras a la vez.

Me formé por dentro y por fuera.
Estudié a fondo.
Entrené a fondo.
Cada día.
Sin parar.



Desde 2017 empecé a entrenarle de verdad.
A él.
A mí mismo.
Y a otros (un amigo mío y un par de amigos suyos que jugaban a fútbol).

Todo por verle llegar.


Y llegó.


No fue rápido ni fácil.
Tomó mucho más tiempo del que nos hubiera gustado. 


Pero…

Ocho años después, el 27 de abril de 2025, debutó como profesional en Segunda División Española.
Con el club de su ciudad.
En un derbi (el partido más importante del club de su ciudad).


Y logra su sueño.

Logra nuestro sueño.



Hoy soy preparador físico en el Juvenil A de un club profesional.
Y readaptador de lesiones en la cantera de ese club profesional.

He trabajado con jugadores que a día de hoy, han jugado con equipos de Primera División.
En Segunda División.
En 1RFEF en filiales de equipos de Primera División.



Pero nada supera ver a tu hermano pisar ese campo.
Sabiendo todo lo que costó.


Esta es mi historia.
No la leímos en ningún libro.

La vivimos.



Por eso sé lo que hay detrás de cada futbolista que aún no brilla.
Que aún no tiene el físico.
Ni los minutos,
Ni el respeto de su entrenador, familia o amigos…

Porque ya lo vi antes.
Porque lo sufrí desde el banquillo con varios jugadores.
Porque lo viví en casa con mi hermano.

No esperó a que le eligieran.
Se eligió a sí mismo.
Se hizo a sí mismo.

No fue un plan.
Fue una promesa no dicha.
Todo empezó por una deuda entre hermanos.

Y POR NUNCA RENDIRSE.

Si tu también tienes ese sueño, ahora tienes a alguien que ya recorrió ese camino.

Y es posible.

SOLO PARA GENTE REALMENTE COMPROMETIDA Y QUE NO SE RINDE

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